Lo que si se sabe con certeza es que, en algún lugar del valle del Guadalquivir existió algún día esta civilización misteriosa. Situada entre lo que hoy son Cádiz y Huelva.
Alrededor de mil años antes de Cristo, debió fundarse esta ciudad, que ya debía tener un alto nivel de civilización, explotando la ganadería, la pesca, y las minas. Pero fué con la llegada de los fenicios a esta parte del mediterraneo cuando Tartessos empezó a destacar como un gran pueblo. Fueron capaces de construir grandes barcos con los que comerciaban, no tan solo en el area mediterránea si nó, llegando también a comerciar con las islas británicas y Europa del norte. Comerciaban sobretodo con sus apreciados objetos y armas, del metal que extraían de sus minas (cobre, estaño, oro y plata).
Su sistema político estaba basado en una monarquía dictatorial. A parte de Gerión, primer rey de Tartessos, hubieron otros reyes mitológicos, siendo el rey Argantonio, el más famoso, y el único del que se tiene constancia histórica. Se dice que el rey Argantonio llegó a vivir 120 años y gobernó durante 80, claro que, bien podría tratarse de varios reyes con el mismo nombre.
El auge de esta ciudad-estado se mantuvo durante unos 500 años, y hacia el 530 a.c., con la muerte de Argantonio comenzó su declive, no se sabe si por el agotamiento de sus minas, una división feudal o la guerra contra griegos o fenicios, pero lo cierto es que, poco se sabe de su final, hay quien incluso lo ha achacado a la acción de un gran tsunami, que la devorara, comparando así, e uniendo, el destino de Tartessos y la Atlántida. Sigue así vivo pués, el misterio de Tartessos, del que poco material arqueológico disponemos, aunque abunden las teorías y las leyendas.

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